Insectos y arácnidos. Características generales.
INSECTOS.
Los insectos son un grupo de animales realmente fascinantes. Hay especies con una gran variedad de tamaños y formas de vida. De hecho, se trata del grupo de seres vivos más diverso. Tanto es así, que de los aproximadamente dos millones de especies que se conocen (incluyendo plantas, hongos y bacterias), la mitad son insectos.
Se estima que podrían existir treinta millones de especies de insectos en total, representando un porcentaje muy alto de todas las especies del planeta. Sin duda, esto demuestra que han sabido adaptarse correctamente a los hábitats más variados. ¿Cuáles son las características que han permitido a los insectos diversificarse tanto? En este artículo lo explicaremos.
Características generales de los insectos.
Los insectos son un tipo de animales invertebrados que pertenecen al filo de los artrópodos. Se denominan así por poseer patas articuladas, al igual que los crustáceos, los arácnidos o los extintos trilobites. Las diferencias principales entre los distintos grupos de artrópodos son el número de segmentos en los que se divide el cuerpo y el número de patas que poseen.
Características diferenciadoras.
El cuerpo de los insectos está dividido en tres secciones: cabeza, tórax y abdomen. Todo su cuerpo está cubierto por un exoesqueleto formado por quitina, una sustancia dura y flexible. Todos los insectos poseen seis patas cuando son adultos y un par de antenas sensoriales situadas en la cabeza. Las patas se sitúan en el tórax, y si el insecto pose alas, estas también se localizan en el tórax.
Sistemas nervioso, circulatorio y respiratorio de los insectos.
Las dos características internas más destacables de los insectos son sus sistemas nervioso y respiratorio. Poseen un cerebro y una cuerda nerviosa dorsal, así como varios ganglios nerviosos distribuidos por el cuerpo. Es por eso que a veces se dice que algunos insectos poseen siete cerebros, pero es una afirmación errónea.
Su sistema circulatorio es abierto, no poseen venas o arterias y los nutrientes se distribuyen en los tejidos por difusión. Por otra parte, no poseen pulmones, sino que el intercambio de gases se realiza por medio de una serie de conductos denominados tráqueas, que salen al exterior por unas aberturas en el exoesqueleto denominadas espiráculos, situados en el tórax y el abdomen.
Ojos compuestos y ocelos.
Un rasgo peculiar de los insectos es que poseen ojos compuestos. A diferencia de los ojos simples, cada ojo compuesto está formado por numerosas celdas independientes, cada una dotada de una lente individual. Los ojos compuestos tienen una serie de ventajas respecto a los ojos simples, como una mejor percepción de movimientos rápidos.
Además, muchos insectos tienen tres pequeños ojos simples (denominados ocelos) en la parte dorsal de la cabeza, situados entre los ojos compuestos. Su función no está clara, pero podría estar relacionada con mantener la estabilidad durante el vuelo.
La capacidad de volar de los insectos.
La capacidad de volar es tal vez el mayor éxito evolutivo de los insectos y lo que les ha permitido diversificarse para ocupar una amplia variedad de nichos ecológicos. La mayoría de insectos adultos poseen dos pares de alas situadas en el dorso del tórax.
Los dípteros (como las moscas) poseen un único par de alas, mientras que otros insectos como algunos pulgones u hormigas no poseen alas. Dependiendo de si los insectos poseen o no la capacidad de plegar las alas sobre el cuerpo al estar posados en una superficie, se les denomina neópteros (más evolucionados, pueden plegar las alas) o paleópteros (incapaces de plegar las alas sobre el cuerpo, como las libélulas o las efímeras). Mientras que todos los neópteros proceden de un ancestro común, los paleópteros pertenecen a diferentes grupos evolutivos.
Metamorfosis.
Otra característica de los insectos es que realizan la metamorfosis, es decir, una transición entre la forma juvenil y la forma adulta a lo largo de la vida del insecto.
Los insectos se pueden clasificar en tres categorías dependiendo de cómo se realice esta transformación.
Insectos ametábolos.
Así, los insectos ametábolos son aquellos cuya forma juvenil solo se diferencia de la forma adulta por tener un menor tamaño y ser sexualmente inmadura. Los insectos ametábolos son primitivos y carecen de alas en su forma adulta.
Insectos hemimetábolos.
Por otra parte, los insectos hemimetábolos sufren una serie de cambios graduales, en los que las alas aparecen de forma progresiva. Los individuos juveniles de este grupo se denominan ninfas.
Insectos holometábolos.
Finalmente, aquellos insectos que sufren una metamorfosis completa, en los que el individuo juvenil (llamado larva) no se parece al adulto, se denominan holometábolos.
Estos insectos poseen una fase intermedia de pupa entre el individuo juvenil y el adulto. La pupa debe permanecer inmóvil durante la metamorfosis, por lo que algunos insectos se entierran (como las cigarras) o elaboran capullos protectores (como las mariposas) para realizar la metamorfosis. El caso de las mariposas ejemplifica bien lo poco que se parecen las larvas a los insectos adultos.
Comportamientos sociales y otras peculiaridades.
Algunos insectos viven formando sociedades grupales en las que los individuos se especializan en realizar diferentes funciones. Es el caso, por citar algunos ejemplos, de las termitas, las hormigas, las avispas o las abejas. Diferentes regulaciones genéticas determinan el papel que juega cada individuo en el colectivo.
Normalmente un único individuo, denominado reina, es el que pone huevos que permiten la continuidad de la colonia. Aquellos huevos que no son fecundados dan lugar a individuos estériles, mientras que los huevos fecundados dan lugar a nuevas reinas.
Para poder vivir en una colonia los insectos precisan comunicarse de alguna forma entre ellos, bien mediante la generación de señales químicas (en el caso de insectos ápteros) o mediante la elaboración de señales visuales durante el vuelo (en el caso de abejas y avispas).
Mariposa monarca.
Algunos insectos que no viven en colonias poseen mecanismos de orientación que les permiten realizar migraciones a través de grandes distancias. Es el caso de la mariposa monarca (Danaus plexippus), que realiza travesías de ida y vuelta entre Norteamérica y Sudamérica de hasta 4.000Km.
De forma llamativa, el insecto tiene varias generaciones sucesivas a lo largo del año, viviendo los individuos adultos unas pocas semanas, pero aquella generación que llega a la madurez en otoño tiene una longevidad de nueve meses y realiza la migración para sobrevivir al frío invernal. A esta generación más longeva se la denomina “generación Matusalén”.
Parasitoides.
Otro grupo de insectos con características peculiares son los parasitoides. Estos realizan una parte de su ciclo vital parasitando a otros insectos. El individuo adulto coloca sus huevos fecundados en el interior o la superficie de otro insecto, y las larvas al eclosionar empiezan a alimentarse del huésped.
Este puede ser un proceso largo, que termina siempre con la muerte del huésped y la metamorfosis del parasitoide como adulto. Algunos de estos parasitoides se nutren exclusivamente de huevos de otras especies. Esto resulta útil en el control biológico de plagas para eliminar algunos tipos de orugas o moscas que afectan a plantas cultivables.
ARACNIDOS.
Los Arácnidos, Arachnida, son una clase dentro del filo de los Artrópodos. Se integran dentro del subfilo de los Quelicerados, que comparten con los Picnogónidos, arañas de mar, y los Merostomados, cangrejos de herradura. Incluyen más de 100.000 especies y entre los animales más comunes de esta clase se encuentran por ejemplo las arañas, los escorpiones, los murgaños, las garrapatas, los ácaros y las arañas camello.
La mayoría de los arácnidos que viven actualmente lo hacen en hábitats terrestres. Sin embargo, algunos de ellos son capaces de vivir en agua dulce o en ambientes marítimos fuera de zonas pelágicas.
Características de los arácnidos.
Una de las características presente en los arácnidos es que todos ellos poseen ocho patas y además dos pares de apéndices, normalmente alrededor de la boca. En algunas especies las dos patas delanteras se han modificado para adquirir funciones sensoriales y en otras especies los apéndices se han desarrollado tanto que pueden confundirse con patas. El primer par de apéndices se conocen como quelíceros y son los que dan nombre al subfilo de los Quelicerados. Sus funciones están generalmente relacionadas con la alimentación y la defensa contra depredadores. El segundo par de apéndices se llaman pedipalpos y se han adaptado a la locomoción, alimentación y funciones reproductivas.
Los arácnidos se diferencian de otros artrópodos en que no presentan ni antenas ni alas. Su cuerpo, además, está dividido en dos tagmas conocidos como cefalotórax y abdomen respectivamente.
Como todos los artrópodos, los arácnidos presentan un exoesqueleto y tienen una estructura interna de tejido parecido a cartílago al que los músculos están unidos. Para su locomoción, la mayoría extienden sus extremidades mediante el impulso hidráulico generado por la presión de su hemolinfa. Algunos, sin embargo, sí poseen músculos capaces de extender las articulaciones de sus extremidades.
Respiración.
La respiración de los arácnidos se realiza a través de las tráqueas, sistemas de tubos que conectan la superficie exterior del animal con los órganos internos. En algunos casos se puede realizar también a través de pulmones en libro. Sin embargo, se sabe que el sistema traqueal de los arácnidos ha evolucionado a partir de estos pulmones en libro por lo que no se puede considerar homólogo al de otros artrópodos.
Sistema circulatorio.
El sistema circulatorio de los arácnidos varía según las necesidades de la especie. Los que tienen un buen sistema traqueal no necesitan transportar oxígeno en la sangre y tienen un aparato circulatorio muy reducido. Las especies algo más grandes como las arañas y escorpiones disponen de hemocianina para el transporte de oxígeno.
Aparato excretor .
El aparato excretor de los arácnidos está especialmente preparado para la conservación de agua, debido a su vida en hábitats terrestres. La excreción se realiza a través de glándulas coxales del cefalotórax y a través de unas estructuras tubulares conocidas como tubos de Malpighi.
Órganos de los sentidos.
Los sentidos más desarrollados en los arácnidos son la vista y el tacto. Poseen dos tipos diferentes de ojos, los ocelos laterales y los medianos.
Algunos poseen ambos a la vez, mientras que la mayoría sólo tienen unos u otros. El sentido del tacto se encuentra especialmente en unos pelos sensoriales que cubren el cuerpo del animal y varían en complejidad dependiendo de la especie.
Alimentación.
La mayoría de arácnidos son carnívoros y se alimentan de los cuerpos pre-digeridos de insectos y otros animales pequeños. En general, producen estos jugos digestivos en su estómago y los secretan a través de sus apéndices sobre su presa ya muerta. Los jugos convierten a la presa en nutrientes y los arácnidos los succionan a través de boca. Sólo en algunos casos como en los ácaros del polvo, el animal es capaz de ingerir partículas sólidas. Muchos grupos de arácnidos secretan veneno desde glándulas especializadas para matar a sus presas o enemigos. Otras especies son parásitas y algunas son portadoras de enfermedades.
Reproducción de los arácnidos.
Lo más relevante en la reproducción de los arácnidos es la presencia de una o dos gónadas en su abdomen y siempre son unisexuados. En la mayoría de especies la fecundación se produce por la transferencia de los espermatóforos, paquetes de esperma, del macho a la hembra. En muchos casos hay rituales sexuales muy elaborados. La mayoría de arácnidos son ovíparos, excepto los escorpiones que son ovovivíparos o vivíparos dependiendo de la especie concreta.
Clasificación de los arácnidos, ejemplos.
Dentro de la clase de los arácnidos se encuentran 11 órdenes diferentes, algunas de ellas ya extinguidas. Citamos algunos ejemplos de Las especies más importantes de estos órdenes como son las arañas, los opiliones, los escorpiones y los ácaros.
Arañas (Araneae)
Las arañas o Araneae conforman la orden más diversa dentro de los arácnidos con más de 40.000 especies. Se caracterizan por el pedicelo, un pequeño cilindro que sirve de unión entre el cefalotórax y el abdomen. Incluye animales como las arañas comunes y las tarántulas.
Opiliones
En este grupo se incluyen como ejemplos a los murgaños y segadores. Tienen el abdomen segmentado y sus quelíceros acaban en forma de pinza.
Escorpiones (Scorpionida)
Los escorpiones se caracterizan por sus pedipalpos delanteros en forma de garra, su cola segmentada curvada sobre su espalda que acaba en un aguijón venenoso.
Ácaros (Acarina)
Los ácaros tienen una gran diversidad y una gran historia fósil. Incluye muchas especies parásitas como las garrapatas y también son portadores de algunas enfermedades humanas.