Equipos de protección individual (EPI).

Equipos de protección individual (EPI).

El entorno de trabajo debe ser seguro y el ejercicio de la actividad laboral no debe ser perjudicial para el trabajador. Este entorno seguro se consigue aplicando medidas de contención y prevención de riesgos. Pero cuando todas las demás facetas de la actividad ya han sido cubiertas, el empresario y el trabajador deben incorporar la última barrera defensiva, aquella que protege a este de los peligros y vicisitudes de su puesto. Esta barrera se construye con los Equipos de Protección Individual o EPI.

Los equipos de protección individual son elementos que el trabajador porta para protegerse a sí mismo frente a posibles peligros que conlleva su trabajo: cascos, gafas de seguridad, arneses, guantes, botas, batas, buzos, etc. Aun cuando todavía, en algunos contextos, se pueden encontrar personas que desprecian temerariamente su uso (normalmente, apelando a la incomodidad o al calor), en otros se tiene perfectamente asumida su necesidad y pocos los rechazarían (es el caso de los EPI en laboratorios, centrales eléctricas, trabajos en altura, etc).

Un EPI adecuado, correctamente seleccionado y bien utilizado puede marcar la diferencia más absoluta entre la vida y la muerte. Los accidentes laborales graves y mortales ocurren, y los EPI pueden prevenirlos o reducir su gravedad. Pero su uso, regulación, normalización y fabricación no puede dejarse al libre albedrío de empresarios y trabajadores: La ley debe hacerse cargo de su existencia y de la regulación de su uso.

Los EPI están sometidos a un “doble marco normativo”: desde la óptica de la seguridad y salud en el trabajo, el Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, establece las disposiciones mínimas para garantizar una protección adecuada del trabajador/a durante su utilización y desde el punto de vista de la seguridad del producto, el Real Decreto 1407/1992, de 20 de noviembre, establece los requisitos que deben cumplir los EPI, desde su diseño y fabricación hasta su comercialización, con el fin de garantizar la salud y seguridad de los usuarios.

El Reglamento (UE) 2016/425, la novedad. Esta legislación se encuentra ya muy obsoleta, las circunstancias del entorno de trabajo y las necesidades de los trabajadores respecto a la seguridad han cambiado ligeramente. El Reglamento (UE) 2016/425 sustituye los anteriores, y lo hace con la introducción de ciertas novedades que serán efectivas a partir del 21 de abril de 2018 a excepción de diferentes artículos que entrarán en vigor en marzo y en octubre de 2018.

 

Las principales novedades que trae este reglamento son:

  • Se amplía la capacidad de aplicar a productos de utilización privada que protegen contra el agua, el calor y la humedad.
  • Serán EPI de categoría de riesgo III los que protejan de agentes biológicos nocivos, corte por sierras con cadena, ahogamiento, chorros de alta presión, heridas de bala y ruidos nocivos.
  • Se definen las responsabilidades de fabricantes (deberán evaluar sus EPI) y distribuidores (deberán asegurarse de que los EPI cumplen la normativa).
  • La entrega de cada EPI se acompañará de una declaración de conformidad, o será descargable desde Internet.
  • El EPI deberá estar identificado con un número de tipo, lote o serie, para reforzar la trazabilidad.
  • Se incorporarán mecanismos de actuación para cuando se encuentre en el mercado un EPI que incumpla de alguna manera las exigencias de documentación de la normativa.
  • La validez máxima de los certificados UE de Tipo será de 5 años. Se define un procedimiento para la revisión de los mismos en los casos en los que el equipo no haya cambiado.

 

Al respecto de las obligaciones del empresario, la ley establece que es su responsabilidad disponer de los EPI en el centro de trabajo, en perfecto estado de utilización, para que los trabajadores puedan utilizarlos como corresponde y gratuitamente. Además, el empresario es responsable de velar por su utilización. El trabajador, por su parte, está obligado a usar los EPI que le correspondan, así como avisar cuando encuentre deterioro en alguno de ellos.

 

1.1-COMPONENTES DE UN EPI.

La normativa recoge las características técnicas de todos los componentes de los EPIs. En general, un EPI completo estará compuesto por:

  • Buzo
  • Calzado
  • Guantes
  • Equipos para la protección de las vías respiratorias

 

Las principales vías de entrada de productos fitosanitarios en el organismo son:

  • la vía dérmica (cutánea y mucosas)
  • la respiratoria.

 

Como norma general, se almacenarán en lugar seco, aislados de condiciones climáticas adversas y evitando la exposición a la luz solar. En todo caso, sigue siempre las instrucciones y recomendaciones que el fabricante de los equipos haya podido efectuar. Además, revisa su estado de manera previa a su uso y deséchalos en el caso de que presenten defectos.

Establece un calendario de sustitución, aunque aparentemente no presenten daños.

 

Vestuario de protección

Con el buzo se pretende dar una adecuada protección al tronco del operador. Es importante que estos trajes se ajusten al cuello, cintura, muñecas y tobillos para impedir la entrada de por estas aberturas. En caso de que no exista este ajuste, se intentara hacerlo con ayuda de diferentes métodos como sellar las entradas con cinta aislante. La característica más importante a tener en cuenta es la permeabilidad del tejido, que irá unida a la transpiración y al nivel de protección que ofrezca el equipo. Los tipos de trajes son:

  • Trajes tipo 4: Protegen frente a productos químicos líquidos en forma de spray. Pueden estar constituidos por materiales transpirables o no, pero tienen que ser impermeables.
  • Trajes tipo 5: Protegen frente a productos químicos en forma de partículas sólidas. Están confeccionados con materiales transpirables y el nivel de prestación se mide por la resistencia a la penetración de partículas sólidas.
  • Trajes tipo 6: Ofrecen protección limitada frente a pequeñas salpicaduras de productos químicos líquidos. Están confeccionados por materiales transpirables y el nivel de prestación se mide por la resistencia a la penetración del líquido.

 

Para la aplicación de fitosanitarios, es recomendable que tenga protección contra agentes químicos de categoría III de tipo 4, 5 y tipo 6, Así como el Marcado CE. En tareas de alto riesgo, como la carga y descarga de plaguicidas, así como en la preparación del caldo, es recomendable llevar un delantal impermeable que complemente la protección.

Con exposiciones limitadas (sobre tractor con cabina), puede ser suficiente el buzo de algodón (siempre que se lave frecuentemente), Este tejido es ideal si hace calor, por su capacidad de transpiración y su resistencia a la penetración. Pueden ser en una o en dos piezas y con o sin capucha.

Con exposición alta (sin cabina con pulverizadores asistidos por aire, con pistolas, en el interior de invernaderos…), el buzo debe ser hermético a las pulverizaciones, a las partículas y a las proyecciones líquidas y sólidas y se deben usar buzos certificados con marca CE, tipo 4-5-6. Como prenda de protección parcial en tareas de alto riesgo (operaciones de mezcla, carga y descarga con formulaciones concentradas), se debe usar además un delantal impermeable de PVC, goma o polietileno. Igualmente, si existe riesgo de que el producto alcance la cabeza, se recomienda usar gorros impermeables o gorra.

En pulverización con mochila, se usarán espalderas impermeables para evitar que la espalda se empape con derrames.

Es recomendable lavarse con los trajes de protección puestos, siempre que sean impermeables, y después quitárselos, tirando de los extremos de las mangas y de los pantalones, sin volverlos del revés, y con los guantes puestos. Debido a la falta de transpiración que caracteriza a los trajes de Tipo 4 implica que sólo sean recomendables en casos de gran exposición producto pulverizado a baja presión, los trajes de Tipo 5 y 6 se aconseja en caso de que la exposición al producto o tratamiento sea limitada, es decir, en contacto con bajos volúmenes de producto.

Aprobado bajo la directiva de Equipo de Protección Personal CE (89/686/ECC), categoría III del artículo 11B. Protección contra líquidos: Tipo 4 (EN 14605) y Tipo 6 (EN 13304). Prueba de aspersión reducida en traje completo (EN ISO 17491-4). Protección contra polvos: Tipo 5 (EN ISO 13982-1,2000). Frente a partículas sólidas suspendidas en el aire. Antiestático: Cubierta antiestática en ambos lados (EN 1149-5:2008). Nuclear: Partículas radiactivas (EN 10732,2002), Clase 2. No ofrece protección contra radiación. Peligros biológicos: Prueba acorde a EN 14126:2003

 

Guantes de protección.

Es obligatorio utilizar en todo momento guantes durante la manipulación de fitosanitarios, ya que es la parte del cuerpo que cuenta con mayor proporción de contacto con el fitosanitario y especialmente cuándo sean tareas de mezcla/carga.

Deben cumplir los siguientes requisitos:

  • Impermeables a disoluciones de base acuosa y oleosa.
  • Protección frente a determinados disolventes orgánicos.
  • Flocados o no. En el caso de contaminación si el guante dispone de un recubrimiento
  • textil interno, éste absorbería el líquido y el riesgo de penetración sería mayor.
  • Resistencia mecánica frente a las abrasiones, a los cortes, a la perforación, etc.
  • Ergonómicos, flexibles y confortables.
  • Suficientemente altos para quedar recubiertos por las mangas.

 

Tendrán una longitud mínima aproximada de 30 cm y un grosor de 0,5 mm. de grosor. Por tanto, no son adecuados los guantes finos desechables frecuentes empleados, ni los guantes de cuero o de tejido utilizados en las obras.

Se colocarán por debajo de la manga y deben recubrir las manos y parte de los antebrazos. Se usarán desde el principio, antes de abrir los envases de producto para hacer la mezcla y hasta el final del proceso. Después de manipular fitosanitarios se recomienda lavarse bien las manos, aunque se haya llevado los guantes puestos. Lavar los guantes, por dentro y por fuera, poniéndolos a secar con los dedos en alto.

Suelen ser guantes de caucho natural con interior flocado 100% algodón. Manga larga y modelo grueso para una mayor protección. Manga con bordón enrollado para resistir al desgarro y facilitar su colocación. Largo: aproximadamente 320 mm. Grosor del guante: aproximadamente 1,60 mm. Alta resistencia a los productos químicos de base acuosa. Buena resistencia a la abrasión. Robusto pero flexible. Deberán estar certificados conforme a las normas EN 420 (Requisitos generales), EN 388 (Riesgos mecánicos) y EN 374 (Riesgos químicos y microbiológicos). Protección contra los principales riesgos, CE3.

 

 

Calzados de seguridad

Se debe llevar botas de goma lo más altas posibles y no enguatadas por dentro, que lleguen hasta la pantorrilla. Deben colocarse por dentro de las perneras del buzo. Deben descartarse las alpargatas, sandalias, calzado de cuero, deportivas y similares porque absorben algunos productos y no pueden ser descontaminados fácilmente.

Fabricada en PVC. Resistente y flexible incluso a bajas temperaturas (hasta -20ºC). Caña recortable según las exigencias individuales. Suela con diseño especial antideslizante y antiestática.

Absorción de energía en la zona del talón. Refuerzo central antitorsión. Interior de nylon. No retiene la humedad. Altura de la caña: 38 cm aprox. Tras cada uso lávalas por dentro y por fuera, y ponlas a secar. Recuerda que es muy importante que el interior quede bien seco.

 

Protección ocular

La protección ocular se realizará mediante el empleo de gafas o pantallas faciales que debe tener el marcado CE, categoría III. Se usarán en aquellas tareas en las que exista riesgo de proyección del producto por derrame, salpicaduras o emanaciones de gases o vapores. Cuando se trabaje con vapores, gases o polvo fino deberán ser cerradas o bien ajustadas a la cara. Tener especial cuidado cuando se trate de producto corrosivo, tóxico o muy tóxico.

 

 

Su uso es especialmente recomendado durante las operaciones de mezcla/carga y en tratamientos de cultivos altos. Debe utilizarse una gafa panorámica integral de policarbonato o de acetato, en casos de contaminante químico presente en forma de salpicaduras y de agresividad alta. Deben ofrecer un excelente campo de visión. Debe estar certificada para salpicaduras de líquidos y polvo grueso. Las gafas de Seguridad han sido desarrolladas para ser utilizadas contra impactos, salpicaduras de líquidos y zonas con mucho polvo. Deben otorgar amplia visibilidad y excelente visión periférica. Poseer un visor de policarbonato de alta resistencia con ventilación indirecta y sello de PVC flexible. Recubrimiento resistente al empañamiento y rayaduras.

Deben poder utilizarse sobre lentes ópticos en la mayoría de los casos.

 

Protección respiratoria

Los equipos de protección respiratoria pueden ser de dos tipos: aislantes o filtrantes. En el primer caso, el equipo aísla al trabajador del medio y le proporciona aire no contaminado de una fuente propia. En el segundo, elimina del aire aquellas sustancias que puedan afectar al trabajador. Los equipos aislantes sólo se utilizan en exposiciones a gases muy tóxicos. Antes de utilizarlos comprueba exhaustivamente la estanqueidad del equipo.

 

En casos de exposición alta, es imprescindible protegerse contra los daños por inhalación, especialmente peligrosos pues frecuentemente no producen daño inmediato, pero si (y muy grave), a medio y largo plazo.

En el caso del tipo filtrante o también llamados de presión negativa, se realiza por la propia inhalación (durante la respiración) del trabajador. Se presentan como mascarillas, medias máscaras o máscaras faciales (completas), que incorporan visor, además de los filtros. Pueden ser sin mantenimiento, constituidos por una mascarilla y un filtro, que forman una unidad integral que cubre nariz y boca, o con mantenimiento, adaptador facial reutilizable hasta su caducidad y filtros desechables hasta el final de su vida útil.). Los filtros son los elementos más importantes ya que son el elemento que garantiza la protección. Según la forma de retener el contaminante, los filtros pueden ser mecánicos, químicos o mixtos. Se rigen por la norma ISO/TC94/SC15 y la UNE ISO / TC 94 / SC 15 / WG 1. Los filtros mecánicos retienen partículas, que son atrapadas por mallas de fibras que forman un entramado. Los filtros químicos retienen gases y vapores químicos en miles de microporos de carbón activo impregnado con un tratamiento químico específico. Los filtros mixtos, protegen al mismo tiempo contra gases y polvos o partículas en suspensión. Se distinguen por la combinación de letras y colores de sus etiquetas.

Filtros mecánicos: Retienen partículas (polvo, nieblas) que son atrapados por mallas de fibras que forman un entramado. Se identifican por un color blanco en la etiqueta y la letra P, seguida de un número según su poder de retención (1, 2 o 3).

Filtros químicos: Retienen gases o vapores en un filtro de carbón activo impregnado con un tratamiento químico específico. Se clasifican según la clase de contaminante sobre el que actúen y la capacidad de adsorción. Se identifican con una letra y un color en la etiqueta.

Filtros mixtos: Son la combinación de un filtro de partículas y un filtro químico.

 

 

Clasificación de los filtros para partículas y adaptadores faciales

P1; Baja. No suelen emplearse con plaguicidas

P2; Media

P3; Alta

 

Clasificación de los equipos autofiltrantes

FFP1; Baja. No suelen emplearse con plaguicidas

FFP2; Media

FFP3; Alta

 

Clasificación de los filtros para gases o vapores

A; Marrón Vapores orgánicos (ebullición > 65º)

B; Gris Vapores inorgánicos

E; Amarillo Gases ácidos

K; Verde Amoníaco

Grado de filtrado de los filtros de vapores TLV

1; Bajo 10

2; Medio 100

3; Alto 1000

En cualquiera de estos equipos la efectividad del mismo va a depender de tres factores:

 

Elección correcta- Calidad del equipo – Ajuste y colocación adecuado.

 

Para que la careta o mascarilla sean eficaces es necesario que cubran perfectamente la boca y la nariz, estando totalmente ajustada. Observar atentamente las instrucciones y comprobar que el aire pasa por el tejido del filtro y no por los bordes de la máscara o semimascarilla. En los tractores con cabina, puede sustituirse el filtro de partículas del habitáculo por un filtro específico para plaguicidas (Filtro de tipo mixto, partículas + vapores orgánicos + vapores inorgánicos, denominado también como filtro triple)

Para la protección de productos fitosanitarios, se aconseja, en la mayoría de los casos, utilizar filtros mixtos. En general contra vapores orgánicos y polvos se deben usar los filtros AP (marrón + blanco), y para los ácidos, los BP (gris y blanco), si no se especifica otra cosa en las fichas de producto de los compuestos contaminantes.

 

Es de máxima importancia la sustitución de los filtros siguiendo las especificaciones del fabricante. Hay que fijarse en la fecha de caducidad. En general los filtros se sustituirán a los 6 meses de la puesta en servicio, en caso de percibirse olores, si han sobrepasado 20/30 horas de utilización o 2 veces al año (en otoño y primavera). Para el adecuado mantenimiento de los filtros se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

Si son recambiables desechar solo el filtro, si son autofiltrantes, desechar la mascarilla completa. No pueden ser lavados, soplados o regenerados. Limpiar con un trapo seco o ligeramente húmedo. Guardar los equipos en bolsas o recipientes adecuados fuera del área contaminada, a fin de evitar una innecesaria exposición del filtro al contaminante y alargar su tiempo de duración. Nunca colgar o guardar sin envolver. Comprobar válvulas, arnés y piezas faciales, así como visor.

Sustituir inmediatamente las piezas deterioradas. En cualquier caso, seguir las instrucciones de los fabricantes.

 

 

 

 

 

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