Insecticidas y Acaricidas.
1.INSECTICIDAS.
Los insecticidas son compuestos químicos utilizados para controlar o matar insectos portadores de enfermedades. El origen etimológico de la palabra insecticida deriva del latín y significa literalmente matar insectos (hormigas, cucarachas, mosquitos, moscas, piojos, polillas, escarabajos, pulgas, avispas, termitas, ácaros, caracoles, babosas, pulgones, orugas, trips, moscas blancas, infecciones parasitarias de gusanos, polillas, escarabajos y otras plagas).
Los insecticidas están disponibles en muchas formas diferentes, las cuales incluyen polvos humectables, aerosoles, gases, gránulos, soluciones oleosas, concentrados emulsionables, tratamientos de semillas, aerosoles líquidos a base de aceite, concentrado de nebulización, líquidos de ultra bajo volumen y aerosoles de volumen ultra bajo.
Tipos de insecticidas
De acuerdo con su composición química, acción toxicológica o método de penetración, los insecticidas se clasifican en orgánicos (contienen carbono) e inorgánicos.
Los insecticidas orgánicos atacan el sistema nervioso central o interrumpen el crecimiento de los insectos. Incluyen compuestos organofosforados (como el malatión), compuestos organoclorados (como el DDT), carbamatos, piretro, piretroides sintéticos, reguladores del crecimiento de insectos y fumigantes.
El sílice y el ácido bórico son dos tipos de insecticidas inorgánicos. El primero es un agente desecante que absorbe la capa cerosa de los insectos, llevándolo a la deshidratación y asfixia. Este tipo de insecticida es ligero, blanco y esponjoso. El ácido bórico, mientras tanto, es una cera de absorción, así como un veneno estomacal. Cuando se mantiene seco y se coloca en los lugares apropiados en la concentración adecuada, es útil en el control de insectos.
Es importante tener en cuenta que algunos insecticidas son perjudiciales para otros animales, como las abejas, que juegan un papel benéfico para el ecosistema, por ello su utilización debe ser informada y considerando sus efectos en el medio ambiente.
Efectos secundarios en el ser humano
Todo insecticida es nocivo para la salud, pero los menos nocivos para el ser humano son los eléctricos.
El contacto extendido con insecticidas puede producir indigestión, dolores de cabeza, vómitos, manchas en la piel, dolor en los ojos y ocasionar reacciones alérgicas en el ser humano.
Los insecticidas de mayor toxicidad son:
- Los piretroides (pyrethroids) como permethrin, cyfluthrin, cypermethrin y bifenthrin, los cuales, si llegan hasta las vías fluviales, matan a los organismos acuáticos.
- Los organofosforados como malathion, disulfoton y acephate, tóxicos para los enemigos naturales.
- Carbaryl daña a las abejas, enemigos naturales y lombrices de tierra.
- Imidacloprid es un insecticida sistémico que puede ser tóxico para las abejas y avispitas parásitas, especialmente si se aplican a plantas en flor.
- Metaldehyde, cebo para caracoles, el cual es tóxico para perros y animales silvestres.
Recomendaciones para el uso de insecticidas:
- Guardar alimentos, utensilios de cocina y juguetes de los niños para que no se contaminen.
- No rociar todos los ambientes de la casa con insecticida, porque solamente se lograría contaminar el hogar en forma excesiva.
- Fumigar donde haya más presencia de insectos, Como por ejemplo alrededor de las puertas y ventanas, bajo la cama, esquinas y armarios.
- Utilizar mascarillas y evitar la presencia de más personas durante la aplicación del insecticida. Los habitantes de la casa tienen que ingresar después del tiempo que indique el producto y ventilar la casa por 30 minutos.
- Leer siempre las instrucciones del envase.
Para reducir la contaminación ambiental es necesario:
- Aplicar tratamientos localizados donde la plaga sea más abundante.
- Evitar hacer aplicaciones generalizadas por todo el jardín o la casa.
- Aplicar correctamente en las plantas o lugares afectados, evitando se desplacen a otras plantas o lugares fuera del sitio de aplicación.
- No aplicar cuando haga viento, porque los pesticidas pueden ser transportados a lugares donde no se los necesita o requiere.
- Evitar el escurrimiento o penetración en alcantarillas, arroyos u otras masas de agua, a fin de prevenir la contaminación de las fuentes de agua.
- Evitar la aplicación inmediatamente antes del riego o de una lluvia, a menos que las etiquetas requieran que se irrigue justo después de la aplicación.
- Evitar la aplicación en superficies duras tales como aceras, entradas para autos y cimientos, ya que pueden escurrirse fácilmente e ir a parar a las alcantarillas.
El INSP y la evaluación de los insecticidas
El Centro Regional de Investigación en Salud Pública (CRISP) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) cuenta con una Unidad de Evaluación de Insecticidas (UEI), cuyo fin es evaluar la calidad y efectividad de diversos productos que se utilizan en los programas de control de vectores.
La UEI cuenta con la autorización como “Terceros Calificados para Dictaminación” de Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (CENAVECE) para realizar evaluaciones de insecticidas utilizados en salud pública en México, y dictaminar su efectividad y calidad. El mejoramiento en el control de los vectores a través de la medición de la efectividad de los insecticidas es su objetivo central.
La vasta experiencia de sus investigadores en estudios sobre insecticidas y control de vectores, tanto a nivel experimental como operativo, así como la de su equipo de técnicos en la aplicación de técnicas y manejo de insecticidas, mezclas, manejo de vehículos, equipos y máquinas para aplicación de insecticidas, así como en la cría y manejo de material biológico (mosquitos), ha permitido que instituciones vinculadas al uso de insecticidas en salud pública así como empresas productoras de estos soliciten los servicios de la UEI en estudios de evaluación y aplicación de sus productos y fórmulas nuevas.
2.ACARICIDAS.
Los acaricidas son un plaguicida utilizado para dominar, eliminar o prevenir la presencia o actividad de los ácaros, a través de una acción química. Los ácaros arácnidos son pequeños insectos de anatomía ovalada, cuya cabeza, tórax y abdomen están unidos en un cuerpo no dividido. Como la mayoría de los arácnidos su respiración es traqueal y se encuentran en hábitats terrestres y acuáticos.
Entre los más significativos ácaros se hallan el ácaro rojo (Trombiculidae), el ácaro de la sarna (Sarcoptidae) que afecta a los animales. los ácaros que infectan el folículo del pelo y las glándulas sebáceas humanas (Demodicidae), y los que actúan en contra de piel de las aves (Dermanyssidae).
Usos de los Acaricidas
Los acaricidas son de uso doméstico y ganadero. Han sido desarrollados con la finalidad de prevenir y eliminar las plagas habituales en estructuras ganaderas y veterinarias, como también en el hogar. Existe una extensa gama de productos con fórmulas en polvo, emulsión en agua o líquido, para cuidados directos. Exterminan activamente, en cualquiera de sus períodos, chinches, piojos, garrapatas, pulgas, ácaros rojos o piojillo del gallinero y escarabajos de la cama.
La vigencia residual de sus fórmulas, unido a su facultad de repelente, conserva protegido el ambiente de posibles reinfestaciones. De esta forma, exterminan las larvas y parásitos externos que originan estrés y molestia en los animales, y establecen focos de transferencia de enfermedades y contagio de otros parásitos.
Para obtener los mejores efectos en su aplicación y un máximo rendimiento del producto, se deben seguir las instrucciones de la etiqueta, así como la información sobre el producto, antes de emplearlo.
Tipos de Acaricidas
Entre los tipos de acaricidas existentes se pueden destacar los siguientes:
Amitraz: Es un ovolarvicida que se aplica no solamente en la agricultura, sino también en la ganadería, para la eliminación de las garrapatas.
Azufre: Es utilizado como acaricida y fungicida. Es considerablemente manipulado en huertos, en plantas ornamentales y vegetales.
Dicofol: Interviene en la eliminación de los ácaros adultos, ostenta una excelente actividad residual y conlleva a una amplia aplicación agrícola. Su compuesto es similar al dicloro difenil tricloroetano (DDT), pero ha sustituido el grupo tricloroetano por tricloroetanol.
Propargita: Este acaricida posee una gran acción residual.
Tetradifon: Es un ovicida sin acción en los ácaros adultos pero significativa acción residual. Igualmente, análogo al DDT, pero sustituyó el grupo tricloroetano por sulfonato o sulfona.
Etion y Piridafention: Son insecticidas fosforados con capacidad acaricida.
Hexitiazox y Fenbutestan: Son agregados orgánicos sintéticos usados específicamente para combatir ácaros, aunque también exhiben actividad insecticida.
Formas de aplicación de los acaricidas
Baños: Es un procedimiento sencillo y eficaz, pero que demanda la construcción de baños donde la entrada y salida de los animales se ejecute con facilidad. El empleo de la solución acaricida requiere usar la concentración correcta y proteger ésta de cualquier contaminante.
Mangas de rociado y aspersión: Es una técnica rápida y económica apoyada en una red de tuberías y boquillas debidamente ubicadas, por las cuales el producto acaricida se bombea con poca presión desde un almacén.
Aspersión o rociado manual: Semejante a la manga de rociado portátil, pero menos eficaz.
Unción manual: No es un procedimiento práctico, sólo se utiliza en momentos puntuales.
Impacto ambiental
Conforme a lo determinado en el año 1987 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), todos los acaricidas son calificados como tóxicos para el hombre, los animales y el medio ambiente. Por lo tanto, es imprescindible tener especial atención en la aplicación y remoción de los restos creados. Los efectos directos de estos productos son de menor relevancia que los indirectos, los cuales influye en su fisiología y reproducción.
Los más importantes efectos de estas sustancias en el medio ambiente y la salud humana son: propagación ambiental en los distintos sistemas (acuático, terrestre y aéreo) y toxicidad propia de cada compuesto.
Se hace referencia también a su toxicidad oral, crónica o aguda, dérmica o por aspiración. Las intoxicaciones en el hombre más frecuentes son a través del sistema respiratorio y la piel.
Unidades
Para referirse a los acaricidas se maneja comúnmente la dosis letal 50 (DL50), expresada como mg de plaguicida por kg de peso animal, precisos para causar la muerte de un 50% de la especie tratada.
Asimismo, existen otras unidades de medida, como la concentración letal 50 (CL50) y la concentración efectiva 50 (CE50). Se hace notar que algunos acaricidas ocasionan mayor efecto sinérgico que otros, incrementando la toxicidad. Es así que dependiendo del grado de toxicidad se dividen en tres grupos: A, poco tóxicas; B, medianamente tóxicas y C, muy tóxicas.
Como una opción a los productos de síntesis química, aparecen los compuestos químicos obtenidos de las plantas, ya que poseen baja toxicidad, se pueden disolver en el agua y son degradados excelentemente por el ambiente, por los rayos solares y la humedad. Estas características contribuyen a disminuir la resistencia a los acaricidas y el profundo impacto ecológico.