3. MODELOS DEL PERSONAL BRANDING.
Tras haber definido el concepto de personal branding y todos aquellos necesarios para su completo entendimiento, a continuación, profundizamos en los modelos de personal branding propuestos por una serie de autores expertos en la materia. Dichos modelos intentan orientarnos en la definición y comunicación de nuestra marca personal a través de una serie de pasos. Gracias a la información que aportan estos modelos de gestión podremos obtener una base suficientemente teórica con la que desarrollar nuestro modelo a seguir a la hora de configurar nuestra marca personal.
3.1. Iñaki Bustínduy (2012).
Iñaki Bustínduy se especializa en capital humano, estrategia empresarial y gestión de la carrera profesional. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología y en Economía-ADE. Trabaja para la Universitat Oberta de Catalunya como consultor en el ámbito de las habilidades directivas y de los recursos humanos.
Bustínduy con su propuesta de modelo apuesta por la diferenciación mediante la promoción de un valor añadido como clave para sobrevivir.
Pasos para definir nuestra marca personal.
Bustínduy propone un modelo basado en el marketing mix3. A través de esta metáfora, el autor logra describir todos aquellos aspectos que él ve necesarios para definir nuestra marca personal. Según este autor necesitamos tener un producto que tenga un valor o precio atractivo, que este se distribuya por los lugares más óptimos, se promocione y cuyo packaging sea cuidado y medido.
El primer paso para configurar nuestra marca personal es definir cuál es nuestro producto y qué servicios ofrecemos. En este caso, el producto se corresponde, según Bustínduy, con la figura del profesional, el cual debe destacar por los servicios que pueda llegar a proveer en el mercado laboral. Servicios que darán a conocer los atributos intangibles del sujeto y que le añadirán valor a su marca. Ello dará lugar al segundo paso, encontrar aquel o aquellos atributos intangibles que nos hacen diferentes de la competencia y que le dan valor a nuestra marca a largo plazo. Dicho valor percibido por el público se asocia con el precio.
El marketing mix es un concepto que engloba todas aquellas herramientas y variables necesarias para que el responsable de marketing cumpla los objetivos de la entidad. Este concepto gestiona cuatro variables: el producto, el precio, la distribución y la promoción determinado por las emociones vinculadas al producto, es decir, al profesional. Por ese motivo, “[…] el precio es la cuantía percibida en contraprestación a nuestros servicios en el mercado laboral” (Bustínduy, 2012, pág. 23). Sin embargo, según Bustínduy, dicha contraprestación tarda en llegar si no tenemos en cuenta el objetivo final de nuestra marca personal: diferenciarnos. Este aconseja romper con la homogeneidad de los servicios ofrecidos por el profesional para que nuestra marca se diferencie y gane valor. No obstante, el contenido no lo es todo, también es necesario que cuidemos la la apariencia de nuestra marca. Por ese motivo, Bustínduy añade una nueva “p” al modelo de marketing mix, el packaging. El packaging se refiere al “embalaje” de nuestra marca personal y es lo primero que percibe el público, de ahí que este factor sea primordial a corto plazo.
3 El marketing mix es un concepto que engloba todas aquellas herramientas y variables necesarias para que el responsable de marketing cumpla los objetivos de la entidad. Este concepto gestiona cuatro variables: el producto, el precio, la distribución y la promoción.
Una vez creada la marca, Bustínduy resalta la importancia de la promoción del producto. Debemos exponer cuál será nuestra propuesta de valor para, de ese modo, dar a conocer nuestros atributos y conseguir visibilidad en el mercado. No basta con tener una buena marca personal, es necesario saber comunicarla. “Solo si eres visible, podrás rentabilizar tu marca, pues el talento oculto no produce reputación” (Bustínduy, 2012, pág. 25). De ahí, la necesidad de promocionarnos, siempre de manera honesta, a través del canal adecuado. Hablamos de la distribución del producto, lugar elegido por el profesional donde exponer su marca personal.
Pasos para comunicar nuestra marca personal.
Como hemos señalado previamente, Bustínduy destaca la importancia de comunicar nuestro valor de marca, por ello propone una estrategia de comunicación para nuestra marca personal coherente en el tiempo. Dicha estrategia parte de la definición de nuestra marca personal a través de nuestra visión a largo plazo, nuestra misión a medio plazo y nuestros objetivos a corto plazo. Para ello, Bustínduy cree necesario que definamos por qué, qué, dónde, a quién, cuándo y cómo comunicar nuestra marca personal.
El primer paso para comunicar nuestra marca personal es conocer nuestro escenario laboral y reflexionar sobre cómo queremos situarnos en él en un futuro inmediato. Debemos decidir qué tipo de necesidad cubrirá nuestra oportunidad profesional. Si queremos que dichas oportunidades simplemente cubran la necesidad básica de tener un empleo y con ello obtener ingresos. O si queremos que cubran una necesidad de crecimiento, no conformándonos con ir a trabajar simplemente para ganar dinero, sino para crecer como persona. O bien, que cubran la necesidad de autorrealización, donde nuestra pasión y vocación se convierte en nuestra actividad profesional. En definitiva, concretar por qué comunicar nuestra marca.
Seguidamente, es necesario saber qué y dónde comunicar, en nuestro caso el eje de toda nuestra comunicación es nuestra marca personal. Sin embargo, no todo vale a la hora de comunicarla, debemos promocionarnos de forma honesta y transparente a través de diferentes canales. Bustínduy recomienda que nuestra marca esté presente tanto en formatos online como offline. De ese modo, dirigiremos y gestionaremos nuestra marca tanto en la vertiente analógica como en la virtual.
Posteriormente, debemos especificar a quién y cuándo vamos a comunicar nuestra marca personal. En primer lugar, nuestros públicos objetivos los componen todos aquellos, profesionales o empresas, que puedan ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. Una vez acotado nuestro público, es necesario establecer cuándo comunicaremos nuestra marca. Es entonces cuando será necesario elaborar un timing o calendario donde especifiquemos los momentos en los que comunicaremos la marca. Dicha comunicación debe realizarse con frecuencia “[…] pues el silencio o la inactividad también comunican” (Bustínduy, 2012, pág. 34).
Y, por último, es necesario establecer cómo comunicar. Esto hace referencia a la intensidad con la que comunicamos nuestra marca personal, la cual dependerá de nuestra visión, misión, objetivos. La intensidad con la que queramos comunicar se relaciona con tres niveles comunicativos diferentes: información (informar sobre la existencia de la marca personal), comunicación (convencer para que nuestra marca sea la escogida) y persuasión (hacer recordable la marca). Básicamente, cuando buscamos informar, realizamos una comunicación unidireccional y reactiva, donde el emisor es activo pero el receptor es pasivo. Cuando comunicamos, nuestra comunicación es proactiva y bidireccional, ya ambos participantes son activos. Y si buscamos persuadir, no es tan importante venderse, como que te compren y la comunicación es multidireccional. Por lo tanto, podemos concluir que según la intensidad con la que queramos comunicar nuestra marca, estaremos en un nivel comunicativo u otro (información, comunicación o persuasión).
Por otra parte, Bustínduy plantea cuatro niveles estratégicos (identidad, notoriedad, conectividad e interactividad) donde cada uno contiene, a su vez, tres formatos diferentes con los que comunicar nuestra marca personal según la intensidad que busquemos.
El primer nivel se corresponde con la configuración de nuestra propia identidad. “La tarjeta de visita del siglo XXI consiste en recopilar todo nuestro haber profesional y comunicarlo al mercado” (Bustínduy, 2012, pág. 38). Para informar sobre nuestra identidad Bustínduy recomienda el currículo (CV), esta herramienta para muchos está caducada y es innecesaria, pero el autor defiende que el CV nos facilitará el acceso a futuras oportunidades profesionales.
El CV en cuanto al contenido debe ser breve (una sola cara o dos y sin anexos), claro y aséptico (no debe incluir datos como las expectativas salariales). Por otro lado, el diseño de este también cobra importancia, por lo que un CV debe estar bien presentado y estructurado. Es necesario cuidar la tipografía, el color, las tabulaciones y, en cuanto a la estructura, debe dividirse la información en apartados. En un CV es recomendable que aparezcan los datos personales, la experiencia profesional, aquellos idiomas que manejamos, los conocimientos informáticos, la formación y otros. Sin embargo, el CV es la herramienta básica para comunicar y solo informa. En cambio, el book supone dar un paso más, comunicar. Un book consiste en una recopilación de proyectos profesionales que muestren qué sabemos hacer y que comunica nuestra marca personal. “Un verdadero e-portfolio abierto a todo aquel que lo quiera consultar” (Bustínduy, 2012, pág. 47). Dicho book supone el máximo nivel de comunicación de nuestra identidad cuando aparece registrado online a modo de página web. Lo cierto es que el domino se emplea para persuadir y supone una inversión de futuro para nuestra marca personal.
El segundo nivel se emplea para gestionar el posicionamiento de nuestra identidad en el mercado laboral. Debemos comprobar nuestra notoriedad, ya que una identidad que no es recordada ni accesible no tiene utilidad alguna. A la hora de monitorear dicha notoriedad Bustínduy recomienda contabilizar el número de llamadas a entrevistas que recibimos y hacer egosurfing4, es decir, consultar nuestra identidad en buscadores como Google. También plantea la posibilidad de usar herramientas como Google Analytics o Klout, con los que medir la influencia que tiene nuestra identidad.
El tercer nivel consiste en transformar nuestra notoriedad en una relación y de ese modo alcanzar esta fase basada en la conectividad. Dicha relación debemos mantenerla con aquellas personas que puedan hacernos una propuesta de actividad profesional. Por ese motivo, cobran importancia los reclutadores, contactos y prescriptores. Los reclutadores son profesionales que se dedican a proveer trabajo y son los encargados de filtrar aquellos CVs que podrán optar a una entrevista. Por otra parta, los contactos se corresponden con todas aquellas personas con las que tenemos relación y que podrían concedernos una oportunidad profesional. El término “contacto” siempre ha tenido una connotación negativa y se ha asociado al “enchufe5”. Sin embargo, poco a poco ha ido perdiendo esa connotación negativa y se ha ido sustituyendo por una más positiva, puesto que en la actualidad (2017) “[…] el hecho de tener contactos es de vital importancia después de saber que el 80% de las ofertas no se publican” (Bustínduy, 2012, pág. 63). Por último, los prescriptores son aquellas personas que podrían considerarse embajadores de nuestra marca y que estarían dispuestos a recomendarnos.
El cuarto y último nivel busca conseguir que la relación desemboque en un encuentro cara a cara y surja así la interactividad entre ambos. En este caso, destacan la entrevista, la autopresentación y la recomendación. Cuando nos presentemos a una entrevista debemos mostrar la máxima disponibilidad e interés. Lo ideal es que nos informemos previamente sobre la empresa, y consecuentemente mostremos interés por ella y el puesto de trabajo que oferta.
Además, es importante mostrar nuestra identidad y argumentar por qué somos idóneos para la empresa. Por otro lado, la autopresentación se refiere a que debemos llevar la iniciativa y no esperar que nos llamen a una entrevista. Para ello, debemos saber autopresentarnos en diversos eventos de nuestro sector y practicar el networking6. En último lugar, la recomendación viene marcada por la persuasión, la cual posibilita que nosotros como profesionales seamos recomendados. Dichas recomendaciones son llevadas a cabo por nuestros prescriptores, conseguido gracias al prestigio o reputación que hemos adquirido en el mercado.
4 El egosurfing es la acción de explotar nuestra presencia en la red.
5 El enchufe se refiere a un cargo o destino que se obtiene sin méritos, por amistad o por influencia política.
6 Networking es la acción de construir nuestra red de contactos.
El modelo de Bustínduy (2012) es útil para llegar a entender la marca personal, mas es demasiado teórico y por ende poco pragmático. Este autor, explica cómo definir nuestra marca personal equiparando los elementos necesarios para la consolidación de nuestra marca con el marketing mix. No obstante, Bustínduy solo explica dichos elementos, pero no especifica cómo llegar a ellos.
En contraposición a esta primera parte, Bustínduy sí logra definir los pasos necesarios para comunicar nuestra marca personal gracias a que este desglosa más detalladamente cada paso a seguir.
3.2. Jerry S. Wilson & Ira Blumenthal.
Jerry S. Wilson es el vicepresidente sénior de The Coca-Cola Company donde ha ejercido diversos roles como ejecutivo de cuentas, gestor regional y planner (estratega). Wilson se graduó en Económicas por la Universidad de Georgia y se especializó en marketing por la Universidad Mercer.
Ira Blumenthal es el fundador y presidente de una consultora de marcas llamada COOPPORTUNITIES que ha asesorado a marcas como Nestlé, Trump Entertainment y McDonald´s. Destacan sus habilidades oratorias y sus grandes cantidades de discursos realizados a lo largo del año.
Ambos autores desarrollan un modelo al que denomina “BRAND YOU”, que se basa en una serie de siete pasos necesarios para convertir a una persona en una marca.
Pasos para definir nuestra marca personal.
El primer paso que Wilson y Blumenthal plantean para crear nuestra marca personal es llevar a cabo una autoevaluación de nosotros mismos. Este paso se corresponde con la realización de un análisis DAFO, donde analizaremos nuestras debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Ello nos supondrá un esfuerzo incómodo, puesto que indagar en nuestro interior no es tarea fácil, pero es necesario para crear nuestra marca personal.
En segundo lugar, debemos analizar cómo somos percibidos por los demás, es decir, cuál es nuestra imagen. Para ello, compararemos nuestra propia percepción con la percepción de nuestros amigos o compañeros hacia nosotros. “LIKE it or not, it is the views of those around you that define your personal Brand image” [Nos guste o no, es lo que ven aquellos que nos rodean, lo que define la imagen de nuestra marca personal] (Wilson & Blumenthal, 2008, pág. 57). De ahí que Wilson y Blumenthal planteen tres formas de identificar nuestra imagen:
- 1. La primera manera consiste en escribir todos los comentarios o feedback que hayamos recibido de otros en dos años.
- 2. El segundo paso es dirigirse directamente a aquellas personas más cercanas a nosotros, personas como nuestros amigos, y pedirles que respondan a una serie de preguntas bien por escrito o cara a cara. En esta fase es fundamental que los entrevistados respondan de manera honesta, un factor difícil de alcanzar ya que podrían encontrarse en una situación incómoda. Al mismo tiempo, deberemos responder a dichas preguntas de manera personal para comprobar si nuestros resultados se corresponden con la imagen que proyectamos.
- 3. En tercer lugar, Wilson y Blumenthal proponen emplear algún programa online que sirva como herramienta para ayudarnos a descubrir cómo nos ven los demás. Un ejemplo de ello es el cuestionario Muers-Briggs Foundation.
¿Cómo me percibes? ¿Cómo crees que soy percibido por los demás?
(Sé específico; ¿A quién te refiere? a compañeros de trabajo, vecinos o ¿a quién?) ¿Qué tipo de imagen tienen los demás sobre mí?
¿Qué tipo de imagen proyecto?
¿Cuáles crees que son mis tres fortalezas principales?
¿Qué tres áreas de mi vida necesitan mejorar o desarrollarse más?
¿Qué no te he preguntado, pero piensas que debo saber sobre cómo me ven los demás?
Preguntas generales sobre nuestra imagen dirigidas a un público poco cercano.
Fuente: elaboración propia a partir de Wilson & Blumenthal (2008).
¿Soy fiable?
¿Prometo demasiadas cosas que después no puedo cumplir?
¿Soy puntual?
¿Respeto a los demás?
¿Muestro respeto hacia los demás?
¿Con qué frecuencia tiendo una mano hacia los demás?
¿Soy fiable en mis relaciones?
¿Soy manipulador o sincero con la gente?
¿Cómo se me ve en un espejo? ¿Se me ve feliz?
¿Soy borde con la gente?
¿Soy optimista?
¿Soy colaborador?
¿Disfruto practicando actividades sociales?
¿Alguna vez he dedicado tiempo para desarrollarme en áreas de mi interés personal? ¿Escucho lo que otros tienen que decir?
¿Soy demasiado crítico?
¿Soy demasiado egocéntrico?
Preguntas específicas sobre nuestra imagen dirigidas a un público más cercano. Fuente: elaboración propia a partir de Wilson & Blumenthal (2008).
Una vez revelada nuestra imagen percibida por los demás, el tercer paso es determinar nuestra marca personal mediante el desarrollo de nuestra identidad y esencia. Para crear nuestra identidad debemos tener una imagen clara de nuestras aspiraciones, puntos fuertes y valores centrales. Por otro lado, nuestra esencia está marcada por nuestro contexto, nuestra forma de vivir, nuestra filosofía, el tipo de comida que comemos etc. Wilson y Blumenthal defienden que la esencia de marca es aquello que la hace auténtica. De ahí que insistan en que todo aquello que forme parte de una de nuestras pasiones personales y que nos genera gran satisfacción personal es lo que está más cerca de nuestra esencia. En consecuencia, Wilson y Blumenthal recomiendan el uso de nuestras fortalezas para compensar todos aquellos huecos que no podemos rellenar en el ámbito profesional.
El cuarto paso consiste en posicionar nuestra marca personal, es decir, conseguir que nuestra marca obtenga un hueco en la mente de nuestro público gracias al valor añadido que aporta a dicho público. El plan de posicionamiento de nuestra marca personal debe incluir la evaluación de nuestra marca, nuestra imagen de marca actual, nuestra identidad de marca deseada (incluyendo nuestra esencia de marca y nuestros valores de marca), y por último, nuestra personalidad de marca. Con este plan, haremos uso de nuestras fortalezas y conseguiremos gestionar nuestras debilidades, centrándonos en nuestra pasión, dirigiendo nuestro esfuerzo hacia nuestro público e influir en la gente que nos interesa. Pero primero, es necesario formular nuestra declaración de posicionamiento con el que describiremos el espacio que deseamos que ocupe nuestra marca personal. Esta declaración tiene cuatro componentes principales: el público objetivo, el marco de referencia que define la categoría o campo que aborda la marca, el factor diferenciador que aporta un beneficio para el target y diferenciación frente a la competencia y el apoyo que ofrece una prueba de que nuestra marca es real y válida (grandes beneficios, grandes ventas, gran número de consumidores etc.). En consecuencia, la declaración de posicionamiento sería similar a la siguiente, “Hacia (público objetivo), la marca X es (marco de referencia) quien (factor diferenciador) porque (apoyo)”.
¿Dónde me gustaría estar en diez años?
¿Dónde me gustaría estar en los próximos doce o veinticuatro meses?
¿Cuáles son mis preocupaciones, problemas, desafíos, y ansiedades sobre los objetivos que he establecido para mí?
¿Cuáles son las barrearas, controlables e incontrolables, que podrían surgir y presentarse durante el camino a la hora de alcanzar mis objetivos? ¿En quién confiaría para ayudarme a conseguir mis objetivos?
¿Qué grandes cambios en relación a mi ser físico, mental y espiritual necesitaré hacer para alcanzar mis objetivos?
¿Cómo me sentiré cuando llegue a donde quiero llegar?
¿Qué tipo de trabajo estaré haciendo? ¿Estaré en mejor forma física?
¿Con quién estaré pasando el tiempo?
¿Cómo habrá cambiado mi vida?
¿Qué será diferente?
¿Qué habré parado de hacer?
¿Qué empezaré a hacer?
¿Cómo monitorizaré mi progreso y seguir por buen camino? ¿Son estos objetivos alcanzables?
¿Estoy suficientemente apasionado para seguir hasta el final?
Preguntas útiles para plantear nuestros objetivos en relación con nuestra marca personal. Fuente: elaboración propia a partir de Wilson & Blumenthal (2008).
Tras haber detallado el posicionamiento deseado, el quinto paso consiste en establecer nuestros objetivos. Debemos considerar cuáles será nuestros objetivos puesto que “setting personal goals is the difference between a vivid dream and reality” [establecer objetivos personales es la diferencia entre un sueño vívido y la realidad] (Wilson & Blumenthal, 2008, pág. 154). Para ello, debemos escribir de forma clara nuestros objetivos y así evitar malinterpretaciones y pérdidas de memoria. De ese modo, nuestros objetivos estarán bien construidos, lo que nos servirá de motivación personal. Además, Wilson y Blumenthal destacan la importancia de que adaptemos nuestra marca, ya que “flexibility is a key element in achieving long-term goals” [la flexibilidad es un elemento clave a la hora de conseguir objetivos a largo plazo] (Wilson & Blumenthal, 2008, pág. 165).
Pasos para comunicar nuestra marca personal Una vez establecida la marca, llegamos a la sexta etapa, donde se plantea la estrategia a seguir. Con dicha estrategia, podremos ejecutar nuestro plan y cumplir nuestros objetivos. Para Wilson y Blumenthal la estrategia es la respuesta a las siguientes preguntas.
¿Cómo lograrás tus objetivos?
¿Cuáles son las opciones disponibles a la hora de conseguir alcanzar tus objetivos?
¿Cómo eliminarás cada barrera para alcanzar tus objetivos?
¿Cómo harás uso de tus fortalezas para alcanzar tu nuevo posicionamiento y aspiraciones?
¿Cuáles son tus opciones para lograr tu posicionamiento deseado?
¿Cómo convertirás tus sueños en realidad?
¿Cómo conseguirás los resultados esperados?
Preguntas útiles para plantear nuestra estrategia en relación con nuestra marca personal.
Fuente: elaboración propia a partir de Wilson & Blumenthal (2008).
Por último, el séptimo paso consiste en implementar, monitorizar y ajustar nuestra marca personal. “Successful implementation requires an attention to detail, frequent reality checks, and unwavering commitment” [Una implementación exitosa requiere de la atención al detalle, revisiones frecuentes, y un compromiso firme] (Wilson & Blumenthal, 2008, pág. 198). Para la implementación de nuestra estrategia de marca, Wilson & Blumenthal ven necesario plantear unos objetivos claros y una estrategia suficientemente flexible para adaptarse a cualquier imprevisto. Además, destacan la importancia de realizar un calendario donde aparezcan todas nuestras acciones planteadas con anterioridad. Acciones que deberán contribuir a la mejora de nuestra imagen, identidad, personalidad y esencia de marca.
El modelo de Wilson & Blumenthal (2008), puede que sea una guía más práctica, en relación a cómo crear una marca personal, que la propuesta por Bustínduy (2012). Dichos autores plantean una serie de pasos más detallados y facilitan recursos con los que poder alcanzar dichos pasos. No obstante, Wilson & Blumenthal no consiguen plantear una estrategia de comunicación clara, solo formulan vagamente algunas preguntas para llegar a ella y no llegan a nombrar formato alguno donde poder comunicar nuestra marca personal.
3.3. Hubert Rampersad (2009).
Hubert Rampersad es un prestigioso conferenciante y coach de gestión de marca personal en América. Además, es presidente de Personal Branding University y de TPS International6.
Este autor desarrolla un modelo que gira en torno al concepto de ambición personal. La ambición personal se corresponde con el deseo de conseguir algo a nivel personal y es lo que nos empuja a hacer que nuestra marca sea personal. De ahí que nuestra ambición personal está formada por nuestra visión, misión y roles claves. La definición y descubrimiento de estos tres conceptos es el primer paso necesario para comenzar a desarrollar nuestra marca personal.
En primer lugar, debemos definir nuestra visión personal. Esta se refiere a la manera con la que deseamos alcanzar nuestro sueño a largo plazo. Indica cuál es nuestro objetivo final, qué marcará nuestro camino para lograrlo, qué cualidades son necesarias para dar valor, qué queremos ser etc. Básicamente, la visión se refiere a aquello a lo que queremos llegar a ser.
¿Cuáles son tus sueños?
¿Cómo quieres que sea tu vida?
¿Qué quieres aportar?
¿Qué te gustaría crear en tu vida?
¿Qué deseas realizar y lograr?
¿En qué crees? ¿Qué es importante para ti? ¿Cuáles son tus intenciones a largo plazo?
¿Dónde te gustaría estar al final de tu vida?
¿Cómo quieres que te recuerden?
¿Hacia dónde te gustaría que se dirigiera tu vida?
¿Qué valores, creencias y principios te guían en tu camino?
¿En qué esperas convertirte?
¿Cuáles son las características ideales que deseas poseer?
Preguntas útiles para plantear nuestra visión en relación con nuestra marca personal.
Fuente: elaboración propia a partir de Rampersad (2009).
Por otro lado, la misión hace referencia a lo que somos actualmente. “Tu misión personal trata acerca de ser algo y de dar sentido a tu vida” (Rampersad, 2009, pág. 62).
6La TPS Internacional es una organización que resalta la importancia de desarrollar estructuras empresariales que combinen los objetivos y aspiraciones individuales con las de la organización.
¿Quién eres? ¿Cuál es tu identidad?
¿Cuál es el sentido de tu vida? ¿Cuál es el propósito de tu vida?
¿Por qué existes? ¿Qué te hacer vivir? ¿Por qué estás en la Tierra? ¿Qué es importante para ti? ¿Qué representas?
¿Qué te apasiona? ¿Qué te hace feliz?
¿Cuáles son tus talentos únicos?
¿Por qué cosas recibes reconocimiento constante?
¿Qué te hace único, especial y diferente?
¿Cuáles son tus creencias centrales? ¿Qué es válido para ti?
¿Cuáles son tus aspiraciones más profundas?
¿De qué estás más orgulloso?
¿Qué te mueve? ¿Dónde encuentras felicidad?
Preguntas útiles para plantear nuestra misión en relación con nuestra marca personal. Fuente: elaboración propia a partir de Rampersad (2009).
En último lugar, los roles clave personales son aquellas relaciones que están conectadas con los roles esenciales de la vida que deseamos tener. Aquellas personas que deseamos tener a nuestro lado y nuestra conexión con ellas. La importancia de ello viene dada por una mejor integración de la vida personal con la laboral y viceversa.
¿Qué tipo de relación te gustaría tener con tus amigos, familia, clientes y otras personas?
¿Quiénes son las personas más importantes de tu vida?
¿Qué relación tienes con ellas?
¿Por qué existes?
Preguntas útiles para plantear nuestros roles claves en relación con nuestra marca personal. Fuente: elaboración propia a partir de Rampersad (2009).
Pasos para definir nuestra marca personal.
Tras haber definido estos conceptos, Rampersad propone definir y formular nuestra marca personal a través de varios pasos. Primero debemos analizar nuestro entorno en relación a nosotros mismos realizando un análisis DAFO. Posteriormente, es necesario autoevaluarnos y plantearnos los objetivos que buscamos alcanzar con nuestra marca personal. Seguidamente, debemos determinar cuál es nuestra área de especialización, qué servicios ofreceremos, en qué atributo dominante nos basaremos y a qué público nos dirigiremos. Con ello, podremos formular la declaración de posicionamiento de nuestra marca y su historia. De ese modo, tendremos la información necesaria para plantear y desarrollar nuestro logo y/o lema.
El primer paso consiste en numerar y examinar nuestras oportunidades y amenazas a nivel externo y nuestras fortalezas y debilidades en el ámbito interno. Es decir, debemos realizar un análisis DAFO personal con el que estableceremos la base de nuestra marca y objetivos personales. A partir de los resultados de nuestra DAFO debemos evaluarnos y definir nuestro estilo de vida actual respondiendo a preguntas como:
¿Cómo me relaciono con los demás?
¿Cuáles son mis valores más importantes?
¿Cuáles son mis áreas más fuertes? ¿Añaden valor a mi ámbito?
¿Cuál es la característica de personalidad más fuerte que proyecto a los demás?
¿Por qué capacidad, talento o habilidad se me conoce más?
¿Cuál es el valor que los demás asocian más conmigo?
¿Qué principio o valora moral asocio conmigo mismo?
¿Qué dicen de mí?
¿Cómo me describen las personas que no me han visto nunca?
¿Cómo se me percibe?”
Preguntas útiles para evaluarnos y definir nuestro estilo de vida actual. Fuente: elaboración propia a partir de Rampersad (2009).
Tras este profundo análisis, debemos plantear los objetivos de nuestra marca personal. Dichos objetivos deben ser realistas y considerar aspectos internos como la salud física y la mental, aspectos externos como la relación con las personas que nos rodean, aspectos relacionados con el conocimiento y el aprendizaje personal y aspectos financieros como la estabilidad económica.
¿Qué deseo que logre mi marca personal? ¿Mayor negocio? ¿Reconocimiento? ¿Satisfacción?
¿Por qué deseo que se me conozca en mi profesión y ámbito?
¿Qué emociones me gustaría que produjera mi marca en los demás?
¿Qué deseo que los demás piensen de mí?
Preguntas útiles para plantear nuestros objetivos en relación con nuestra marca personal. Fuente: elaboración propia a partir de Rampersad (2009).
Conociendo los objetivos que deseamos cumplir, el siguiente paso es determinar nuestra área de especialización. Rampersad apuesta por la especialización frente a la generalización, puesto que esta será la que nos diferencie de la mayoría de los profesionales de nuestro ámbito y está relacionada con nuestra ambición personal.
Una vez acotada el área de acción, debemos definir el servicio que ofrecemos y nuestro atributo dominante. Dicho atributo es aquello que nos hace únicos, especiales y diferentes. Para llegar a descubrirlo, Rampersad propone nombrar cinco características claves que compondrán la base de nuestra marca, de las cuales una será la dominante. Dicha característica será la que necesitará nuestro público objetivo y, al mismo tiempo, supondrá un valor añadido para este. Por ese motivo, debemos elegir y definir dicho público, observar las mayores necesidades de nuestros clientes y nuestros principales competidores.
Con todos estos datos, debemos formular nuestra identidad de marca o promesa. Esta declaración de marca personal consiste en expresar lo que te comprometes a ofrecer para satisfacer las necesidades de tu público objetivo. Dicha declaración se corresponde con nuestro posicionamiento deseado, ya que con ella creamos una impresión en la mente de nuestro público debido al valor que nuestra marca tiene para ellos. De ahí, que se establezca una conexión emocional entre nuestra marca personal y nuestro target. La estructura de esta declaración de posicionamiento propuesta por Rampersad consiste en la suma de la ambición personal, con los objetivos de marca, la especialidad, el servicio que ofrecemos, nuestro atributo dominante y el ámbito al que nos dirigimos. La formulación de todos estos aspectos debe realizarse en positivo, de forma convincente y clara y no ser demasiado extensa. Debe reflejar cómo ofrecemos valor al público y debe diferenciarnos.
Por último, teniendo en cuenta toda esta información sobre nosotros, el entorno y demás aspectos, Rampersad destaca la importancia de reflejarlo todo con un logo y/o lema personal que represente nuestra marca personal. Deberemos tener en cuenta la visibilidad, lo que queremos transmitir con él, etc.
Pasos para comunicar nuestra marca personal.
Una marca personal debe tener un plan de ejecución para poder convertirla en realidad. Según, Rampersad el punto anterior englobaba la fase en la que planificamos y creamos nuestra marca personal.
La siguiente etapa llamada “desplegar” consiste en lanzar nuestra marca personal en un ámbito controlable por nosotros. Ámbito formado por personas de confianza que puedan otorgarnos una retroalimentación sincera. De ese modo, probaremos nuestra marca, la evaluaremos y podremos rectificar los fallos que podamos descubrir con ello.
Posteriormente, debemos desarrollar la fase “actuar”, donde el principal objetivo es construir una reputación sólida dentro de nuestro sector y promocionarse. En esta etapa debemos centrarnos en comercializar nuestra marca y establecer relaciones mediante la comunicación de esta.
En último lugar, Rampersad destaca la importancia de la fase “desafiar” con la cual, monitorizaremos el estado de nuestra marca personal. Una vez implantada la marca, debemos continuar actualizándola, proponiendo nuevos objetivos, aplicando lo aprendido y seguir moviéndonos. Debemos revisar, redefinir, mantener y cultivar nuestra marca personal basándonos en la retroalimentación.
El modelo de Rampersad (2009) define con gran detalle los pasos a seguir para definir nuestra marca personal incluyendo una serie de preguntas que facilitan el entendimiento y la ejecución del modelo. Sin embargo, el modelo de este autor adolece en la misma metodología que Wilson & Blumenthal (2008), ya que aborda de forma superficial qué hay que hacer para comunicar nuestra marca personal.