Relación entre competencia experta y adquisición

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Habilidades y conocimiento

El tópico de estudio de la conducta y la competencia experta, como señala Sternberg (1998), sigue siendo un concepto prototípico, no bien definido, entre otras razones porque sus límites son difusos y se entremezclan con otras áreas de la psicología, tales como la adquisición del conocimiento y las habilidades o la inteligencia.

Para Charness y Schultetus (1999) el tópico de la adquisición del conocimiento y las habilidades es el más relacionado con el estudio de la expertez. Cuando se estudia el tema del aprendizaje complejo, la adquisición del conocimiento y las habilidades cognitivas, se está tratando por extensión del desarrollo inicial de la competencia experta, y viceversa. Como han señalado Ericsson, Patel y Kintsch (2000), el estudio de la conducta y la competencia experta constituye una oportunidad inusual de estudiar los mecanismos que gobiernan la adquisición y desarrollo de las habilidades en la vida diaria. Ya hemos hecho mención en capítulos anteriores a las excelentes revisiones recientes sobre la adquisición de las habilidades cognitivas como las de Voss, Wiley y Carretero (1995), Ericsson y Lehmann (1996), Van Lehn (1996), y Rosenbaum, Carlson y Gilmore (2000).

Por otra parte, Hoffman (1998), señala que cualquier teoría sobre la conducta y la competencia experta ha de incluir en su explicación el fenómeno del desarrollo inicial de la competencia, así como las relaciones de la expertez con la inteligencia general, dado que no se trata de los mismos constructos. En este mismo sentido se manifiesta Sternberg (1999) cuando declara expresamente que uno de los objetivos principales en el estudio de este campo es el de integrar el estudio de la inteligencia con el estudio de la expertez. Además, señala Sternberg (1999), aunque estas literaturas se han visto tradicionalmente como distintas, puede considerarse que comprometen mecanismos psicológicos similares. En todo caso, hay que establecer los vínculos de unión entre la expertez, considerada específica de un dominio, y la inteligencia, vista como una habilidad general.

 

Desarrollo

Relación entre competencia experta y adquisición

Otro aspecto que reclama una mayor atención, en este campo, es el estudio del desarrollo inicial de la expertez. Cualquier modelo sobre la competencia experta debe explicar, tanto las diferencias existentes entre personas consideradas como expertas y personas noveles, como los procesos de desarrollo de la competencia. La mayor parte de los estudios sobre la conducta y la competencia experta han utilizado el paradigma experto-novel, que se considera muy útil para establecer las características propias de las personas que ya son expertas en un dominio, pero que no parece tan útil para analizar el proceso de desarrollo inicial de la expertez, esto es, los factores comprometidos en el proceso por el cual una persona novel se convierte en experta.

Se ha de tener en cuenta además que los mecanismos responsables de la adquisición de la conducta y la competencia experta parecen ser cualitativamente distintos al principio y al final de la misma (Ericsson, Krampe y Tesch-Römer, 1993; Charness y Schultetus, 1999); lo mismo que ocurre con los factores relacionados con la adquisición de las habilidades cognitivas incluso en más cortos periodos de tiempo (Ackerman, 1988, 2000). Este hecho impide, o dificulta al menos, establecer una explicación de la adquisición de la conducta experta en términos de un único mecanismo, debiéndose diferenciar los distintos estadios o fases comprometidas en la adquisición de competencia experta.

Un último aspecto en el que se necesita un mayor desarrollo en este campo es el desarrollo de criterios para valorar la expertez. Aunque como Charness y Schultetus (1999) señalan, la definición de expertez como .realización consistentemente superior en un conjunto especificado de tareas representativas para el dominio que puede ser administrado a cualquier individuo., supone una mejora respecto a los intentos iniciales de definir la expertez utilizando criterios como los de la nominación de compañeros o la experiencia en el campo particular de que se trate, queda aún mucho trabajo por hacer. Para estos autores se necesita una definición más fina y una graduación de la expertez en la mayor parte de los ambientes de trabajo humanos.

 

Existen campos de mucha importancia práctica en los que no parece haber acuerdo sobre cómo medir la competencia experta, como la enseñanza, y otros en los que hay mayor acuerdo, pero en los que se necesitaría una mejor graduación de la expertez.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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