Tema 7. Protección y cuidado de los animales.

PROTECCIÓN Y CUIDADO DE LOS ANIMALES .

 

El bienestar animal es un tema complejo con múltiples dimensiones científicas, éticas, económicas, culturales, sociales, religiosas y políticas. Se trata de un asunto que suscita un interés creciente en la sociedad civil y constituye una de las prioridades de la OIE. La OIE, a solicitud de sus Países Miembros, es la organización internacional responsable de la elaboración de normas en la materia.

 

La Estrategia mundial de bienestar animal de la OIE se desarrolló a partir de las experiencias de las actividades realizadas en las regiones y en los países y busca garantizar una orientación y coordinación constantes de las actividades de la Organización en este campo. Adoptada en mayo de 2017 por todos los Países Miembros, se elaboró con el objetivo de lograr “un mundo en el que el bienestar de los animales se respete, promueva y avance, de manera que complemente la búsqueda de la sanidad animal, el bienestar humano, el desarrollo socioeconómico y la sostenibilidad del medio ambiente”.

 

La estrategia se basa en la continuidad del desarrollo de las normas internacionales en consulta con los Países Miembros y los principales actores internacionales, el desarrollo de las competencias de los servicios veterinarios, una buena comunicación con los gobiernos y una mejor sensibilización del tema, sin olvidar el apoyo a los Países Miembros en lo que toca la implementación de estas normas.

 

Definición de bienestar animal de la OIE

Según las normas internacionales de la OIE, el bienestar animal designa “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere” (Código Terrestre).

Las directrices que guían a la OIE en materia de bienestar de los animales terrestres incluyen también las «cinco libertades», enunciadas en 1965 y universalmente reconocidas, para describir los derechos que son responsabilidad del hombre, es decir, vivir:

Libre de hambre, de sed y de desnutrición;

Libre de temor y de angustia;

Libre de molestias físicas y térmicas;

Libre de dolor, de lesión y de enfermedad;

Libre de manifestar un comportamiento natural.

 

En cuanto al bienestar de los animales acuáticos, la OIE formula recomendaciones relativas a los peces de cultivo (excepto para las especies ornamentales) e insta a “recurrir a métodos de manipulación que sean apropiados a las características biológicas del animal, así como un entorno adaptado a sus necesidades” (Código Acuático).

 

 

 

 

 

Concepto y medida del Bienestar Animal.

 

1.LA MEDIDA DEL BIENESTAR ANIMAL

 

Se considera que un animal se encuentra en un estado de bienestar cuando está en armonía con el medio, tiene salud física y mental y tiene cubiertas sus necesidades específicas. El bienestar es dinámico, cambiante y depende de las condiciones de cada individuo y de la relación del animal con el entorno.

 

Durante el transporte se producen cambios en las condiciones ambientales y en el manejo, que obligan al animal a enfrentarse a ellas y que suelen dar lugar a la aparición de estrés, tales como la exposición a un ambiente distinto, la ubicación con animales desconocidos en los contenedores y medios de transporte, el hacinamiento en los mismos, el ruido y el movimiento del vehículo (que puede causar vértigo), alteración de las pautas de alimentación, etc.

 

Durante el transporte los animales están expuestos a una serie de situaciones estresantes que dan lugar a una alteración del equilibrio u homeostasis, con pérdida de la condición de bienestar. Ante el estrés físico y psicológico que puede experimentar un animal en las operaciones relacionadas con el transporte, las respuestas adaptativas pasan por tres etapas:

  • De alerta, en la que el animal se prepara para la agresión o la fuga.
  • De resistencia, en la que puede reparar el daño sufrido.
  • De agotamiento, cuando el animal no es capaz de superar la situación estresante y sufre algún tipo de perjuicio.

 

Frente a una situación de estrés el organismo reacciona de un modo inespecífico, manifestando un conjunto de síntomas conocidos como síndrome general de adaptación. El sistema hormonal reacciona liberando hormonas, que son las responsables de las respuestas adaptativas del organismo.

 

Estas respuestas implican el retardo de los procesos fisiológicos tales como el crecimiento, la digestión y la reproducción, de ahí que el estrés severo comporte reducción de la productividad de los animales. Por otro lado, se reajusta el metabolismo para lograr una economía de la energía, y se produce un desvío de la misma hacia el corazón, músculos y cerebro, para que el animal pueda reaccionar y luchar mejor contra la situación estresante. Otras respuestas del organismo ante un aumento del estrés son la vasoconstricción y el incremento de los ritmos cardiaco y respiratorio.

El estrés puede medirse empleando parámetros fisiológicos y de comportamiento.

 

Entre los parámetros fisiológicos más utilizados se encuentran:

 

  • Medición de los niveles en sangre de cortisol, adrenalina, noradrenalina y de otras hormonas y transmisores químicos.
  • Observación y medición de:
  • Ritmo cardiaco (que suele incrementarse y puede originar taquicardia), de la frecuencia respiratoria (que suele aumentar).
  • Temblores musculares asociados al miedo.
  • Babeo y producción de espumarajos por la boca.
  • Temperaturas corporales y de la piel.

 

 

Entre los parámetros comportamentales destacan el registro de medidas tales como la proporción de animales que se tumban, dejan de avanzar, retroceden, intentan huir, o la frecuencia de interacciones agresivas entre individuos.

 

2.EL ESTRÉS Y SUS CONSECUENCIAS.

El empleo de animales en actividades agropecuarias contribuye directamente con el bienestar de las personas y conlleva a mejoras en la productividad y beneficios económicos. Existe una relación entre el bienestar de los animales y la seguridad de los alimentos obtenidos de ellos, ya que un animal que carece de bienestar y que por tanto sufre estrés, es más sensible a padecer enfermedades y alteraciones, que podrán estar presentes en mayor o menor grado en los productos derivados del mismo. El estrés no es más que una respuesta generada cuando el animal no logra adaptarse a situaciones que le provocan ansiedad o miedo, y no solo conlleva a cambios de comportamiento, sino también a perturbaciones fisiológicas y metabólicas, que pueden dar lugar a problemas patológicos y rendimientos zootécnicos subóptimos.

 

En el caso específico del cerdo, especie muy sensible al estrés, está demostrado que una falta de bienestar tiene las siguientes consecuencias productivas:

 

  • Disminución en la velocidad de crecimiento.
  • Aumento en la edad en que aparece el primer celo en las hembras.
  • Disminución del porcentaje de preñez en la explotación.
  • Aumento del porcentaje de mortalidad perinatal.
  • Hasta un 23% de variación en el rendimiento reproductivo.
  • Hasta un 29-36% de variación en el número total de lechones nacidos.
  • Menor eficacia de respuesta a la vacunación y mayor sensibilidad a patologías respiratorias.

 

En el caso de las aves de corral, se ha observado que el estrés impacta directamente sobre índices productivos y condiciones de sanidad:

 

  • Hasta un 28% de variación en el índice de conversión en broilers.
  • Hasta un 28% de variación en el rendimiento de producción de huevos.
  • Mayor sensibilidad a patógenos como coli, Salmonella,
  • Clostridium y patologías respiratorias.
  • Menor eficacia de respuesta a la vacunación.

 

Los factores causantes de estrés pueden agruparse en 4 grandes categorías, como lo son: el manejo, las instalaciones, el clima y el movimiento de animales. Así, la concentración excesiva de animales, la presencia de ruido o contaminación, una variación brusca de temperatura, los cambios de alimentación, y las operaciones de cargas y descargas son los más relevantes en producir los efectos antes destacados. Cuando las situaciones que causan estrés se prolongan en el tiempo, sumado a su efecto sinérgico, provocan trastornos comportamentales, digestivos, reproductivos, e incluso inhibición del sistema inmunitario con mayores probabilidades de aparición de enfermedades. También se ha observado que el aumento del estrés conduce a una menor eficacia en la acción de medicamentos y aumenta su potencial tóxico.

 

El eje Hipotálamo-hipófisis-adrenal regula al sistema inmune mediante la liberación de glucocorticoides, dado que las células de este sistema poseen una variada cantidad de receptores para estas hormonas. De esta manera, modulan la respuesta inflamatoria, expresión de citoquinas y moléculas de adhesión, como también bloquean la maduración de linfocitos, entre otros efectos. El sistema inmunológico es un complejo sistema de órganos, tejidos y células que puede categorizarse en dos niveles. El “sistema inmunológico innato” incluye barreras físicas y químicas que actúan como primera línea de defensa frente a elementos extraños que podrían causar enfermedades. Aquí se incluyen las superficies epiteliales, fagocitos, células presentadoras de antígenos (macrófagos, neutrófilos/heterófilos y células dendríticas); células asesinas naturales, citoquinas, proteínas del complemento. El “sistema inmune adaptativo” es mediado por los linfocitos “B2” y “T”. Este no es efectivo para proteger contra patógenos en un primer encuentro o exposición, pero es altamente efectivo en subsiguientes exposiciones y también cuando los desafíos de patógenos son exitosos al menos por una semana (reinfecciones o infecciones posteriores a la vacunación). Los glucocorticoides son las principales hormonas vinculadas a las situaciones de estrés, y son capaces de afectar al sistema inmunológico en ambos niveles.

 

En los últimos tiempos, como estrategia se ha incrementado el uso de productos que confieran efectos benéficos a la salud intestinal y la inmunidad. Cada día los productores, nutricionistas y veterinarios tienen mayores evidencias de que una mejor salud intestinal e inmunidad incrementan la productividad. Un hecho bien establecido es que el tracto gastrointestinal es uno de los mayores centros linfoide en el organismo. El 70% de la respuesta inmune se localiza allí, especialmente en aves. Por ello, centrados en el concepto de salud intestinal y su directa relación con la eficiencia del sistema inmune, los extractos de plantas han cobrado protagonismo en el campo de la nutrición animal ante la búsqueda de soluciones que ayuden con la posibilidad de inmunomodulación ante situaciones de estrés durante la crianza.

 

Los animales confinados a sistemas productivos intensivos se encuentran limitados a mantener una dieta balanceada, pero con cierto impedimento para acceder a nutracéuticos que podrían obtenerse naturalmente por el consumo de una relativa variedad en plantas. Estos micronutrientes cumplen la función de regular o estimular las distintas respuestas fisiológicas, algunas centradas en la modulación del sistema inmune. El principal mecanismo de acción se centra en que los nutracéuticos actúan como señalizadores que inducen la expresión de genes y la síntesis de proteínas por los ribosomas en determinados grupos de células. Estos pasos representan instancias necesarias e irremplazables para que el sistema inmunológico pueda responder ante patógenos y enfermedades.

 

Todas las acciones que promueven una alimentación de calidad, reducción del estrés y optimización del funcionamiento de los diversos sistemas y órganos, son tomadas como contribuciones a mejorar el bienestar animal. Un sistema productivo que lo garantice tendrá asegurado un rendimiento optimizado, predecible y asegurado.

 

 

3.CONCLUSIÓN.

El bienestar animal y en relación con ello su estado sanitario, tienen un impacto económico significativo en las unidades productivas. Los factores que contribuyen a la aparición de enfermedades deben tenerse en cuenta para garantizar el bienestar de los animales y evitar mayores pérdidas económicas. El estrés es el principal efecto producido por la falta de BA y es uno de los mayores enemigos del productor al debilitar el sistema inmunológico de sus animales. Conceder un estado óptimo de salud mediante la administración de una dieta equilibrada es un acto que confiere bienestar al animal. Un sistema inmune fortalecido ayuda a hacer frente a situaciones que provocan estrés y responder de una manera eficiente ante procesos infecciosos y patológicos. El hecho de poder conferir al animal las mejores condiciones para su bienestar, incluso favoreciendo su salud intestinal y una dieta enriquecida, balanceada y completa, permite que el sistema productivo mantenga un rendimiento optimizado, predecible y asegurado.

 

 

 

 

 

 

 

 

Dejar un comentario